Buenas tardes,
Apreciados y distinguidos,
Licenciados, Doctores, Magisters, Especialistas, Profesores etc...
Les escribo porque actualmente estoy escribiendo un proyecto sobre la educación en Colombia y todo lo que conlleva ése título; sé que es un tema bastante amplio, eso es bastante obvio, y es casi una tarea hercúlea, y posiblemente a falta de títulos como los de Ustedes, y mi poca experiencia enseñando, ya sea en Alemania o en Colombia, quiero hacerles saber que encontré magnífico el artículo en la página Web publicado en el 2010 por parte de la Universidad de la Sabana.
“La formación de los profesores universitarios: una asignatura pendiente de la universidad colombiana”
Sé que fue hace mucho tiempo cuando escribieron el artículo, y me imagino que recibieron muchos halagos, pero quisiera agregar el mío. Me fui de Colombia hace mucho tiempo porque una oportunidad llegó a mi vida, y obviamente la falta de una educación para personas con recursos limitados como fue mi situación en ese entonces me hizo entender que no tenía ninguna oportunidad en nuestro país, y no se engañen, todavía es así.
Colombia sufre de una enfermedad llamada “Titulitis”, y se aferran a esa enfermedad como si fuese la misma cura. Me he educado con dos culturas, la costeña (Colombia) y la franco fronteriza en Alemania. Es indiscutible que hay que señalar y referenciar cuáles son ésas culturas, ya que una del interior nunca será igual a la del exterior, es decir, los costeños y los paisas son como agua y aceite, un estado en Alemania que tiene raíces francesas a causa de su ubicación geográfica como en un estado que está cerca de un país comunista, el abismo es… absurdo, el ejemplo perfecto se puede ver en el idioma,, el alemán del norte jamás será igual al alemán del sur.
Y aun así, en el año que escribieron el artículo parece tan profético para mí que estoy apenas leyéndolo en el año 2015, mi vida en Colombia fue afectada por la carencia pedagógica e incluso disciplinar de muchos docentes que intentaron enseñarme, mi consejera vocacional literalmente me arruinó la vida cuando su trabajo consistió en guiarme, pero la entiendo, la remuneración en Colombia afecta muchísimo la calidad del trabajo, y ni hablar de la política de las instituciones que nunca han sido en beneficio del estudiante, incluso ahora, Colombia ubicado internacionalmente como el país que más feriado escolar tiene, como si los estudiantes colombianos necesitan receso del estudio.
Una experiencia que tuve hace dos días (17/11/15) visitando un colegio público en la ciudad de Barranquilla, fue tan esclarecedora que me hizo temer por el futuro de éste país mucho más de lo que temía en el año que escribieron el artículo, incluso más atrás en el tiempo como cuando realizaba mi “educación” universitaria aquí en Colombia.
Me dirijo a Ustedes como una estudiante, como alguien que genuinamente está interesada en la educación de éste país olvidado por las personas que deben protegerla (y sinceramente nunca lo han hecho). Personas como Ustedes tienen el poder, no sé qué cargo tienen actualmente en Colombia, pero el trayecto de formación que tienen hace evidente que la educación es importante, como educadora que soy, así lo es para mí.
Estoy trabajando como traductora independiente mientras hago mis vacaciones en Barranquilla, y me resulta hilarante estar en presencia de mis actuales jefes. En Alemania trabajo en una universidad donde se han egresado personas que han ganado el premio Nobel, sino que es considerada una ciudad universitaria, la humildad que se respira es impresionante, trabajo codo a codo con personas que tienen títulos que fácilmente pueden llenar una línea (o incluso tomarse un párrafo) de éste documento, y nunca imponen han impuesto sus títulos, mis “jefes” vacacionales actuales son otra historia, incluso merece una narrativa totalmente diferente, comedia se me viene a la mente… y ¿saben qué? La imposición de superioridad en éste país es lo que hace tan ridículo a los extranjeros, no pretendo saber lo que Ustedes saben sobre el extranjero, pero sé que han tenido formación educativa como estudiantes migrantes, han tenido roces con diferentes culturas a la de Colombia, pero a veces me pregunto si los colombianos que han tenido esas experiencias juegan el papel de hacerse el inocente e ignorar las burlas y críticas indirectas que hacen cuando un colombiano en una conversación tiene que vomitar su hoja de vida para impresionar a una persona, ya sea coterránea o extranjera, o simplemente siguen en la ignorancia.
Extranjeros que han venido a mí país me comentan con horror la experiencia que tienen cuando ven que un colombiano engreidamente se hace notar, la mayoría vienen con humildad en la mente porque saben que somos un país que apenas está arrancando, y no quieren parecer engreídos ni mucho menos ofender, y créanme cuando les digo que una persona nacida y criada en el Reino Unido, Estados Unidos o Francia, es casi imposible, a mí experiencia son las culturas más engreídas que hay, pero eso es sólo porque son personas orgullosas de su país, es simplemente patriotismo y un colombiano no puede entender eso. Uno de mis jefes estudió en Harvard, un doctorado, todavía no sé si lo terminó, o si sigue estudiando porque evita responder cada vez que se le pregunta, y es un doctorado en educación, pero me resultó divertido ver que lo sacaba a colación tanto como el decoro se lo permitía, incluso su oficina y su guardarropa parece ser la tienda de souvenir de Harvard, termo, tazas, chaquetas, stickers, cartuchera, marcadores, plumeros, en fin…
Me desvié del tema ¿no? ¿Por qué? Porque parece ser que demostrar que un colombiano que pisó tierra extranjera es más importante en éste país que hacer algo al respecto en como nos están educando. Profesores que se ausentan en el salón de clases porque asisten a congresos, seminarios, estudios posteriores que les impiden estar presente, y le dejan la tarea a un suplente (sin la educación necesaria) sin una práctica pedagógica formada, sin un contenido disciplinar bien formado, Carnoy, M., Ngware, M. y Oketch, M., (2015) escriben y hablan mucho en una investigación sobre un término que es muy prometedor, “La oportunidad de Aprender”, ¿Si acaso hay respuesta para eso en Colombia? ¿El gobierno de éste país, o la Ministra de Educación han hablado siquiera con los estudiantes de las instituciones públicas? Porque yo sí, y siento que las personas en Colombia que se esconden tras sus títulos y cargos gubernamentales nos están haciendo daño a propósito porque saben que si tenemos una educación en igualdad se volverán obsoletos por sus pensamientos y corrientes tradicionalistas.
Me gustaría pensar que leyeron mí carta, y que a través de ella les pude aportar algo en la experiencia de su vida, también la voy a compartir en el resto de mis compañeros y amigos educadores, hay algunos de ellos aquí ahora de visita, y fue por eso que decidí escribirles, ya que ayer en la tarde en una charla que sostuvimos entre los oradores extranjeros para los que estoy traduciendo y mis amigos que están de visita me expresaron con sinceridad la opinión general que tienen de nosotros, eso sí, no tienen reparos en aceptar el dinero porque aunque se rían de éstas personas que sufren de “titulitis” quieren regresar a su casa y trabajo para hablar sobre lo bien que lo pasaron siendo adulados ya que créanme, ellos mismos dicen que es una actitud bastante victoriana y se sienten muy cómodos, porque, ¿a quién no les gusta ser adulados? ¿Y por extranjeros?